
Las 1.320 piezas que conforman este museo del orinal son todas diferentes, los hay de hombre, de mujer, de viaje, nuevos o usados… los hay de distintas épocas, desde el siglo XIII al XX, de distintas formas y tamaños, desde miniaturas de casas de muñecas hasta bacines de más de medio metro, de materiales diferentes, barro, cerámica, latón, piedra, hojalata, porcelana, madera, cerámica, cobre, aluminio, cristal, hierro, esmaltados, oro, plata y platino, pintados a mano o en serigrafías y de un total de 27 países.
En este museo del orinal podemos observar como ha ido cambiando con el paso del tiempo esta singular pieza que nos ha acompañado a lo largo de la historia. En la antigüedad fue oblongo, posteriormente escafoide, más tarde cilíndrico y los más modernos (desde el siglo XVIII) globulosos. Los Griegos lo llamaron “amigo” y los Romanos “matula” o “metella”, siendo en general de bronce. En el siglo I D.C. los más refinados los usaban de plata y oro.